Todos deberíamos pararnos un momento a pensar si llevamos una posición correcta en el esquí, ya que es algo fundamental y no le damos nunca la importancia que merece.
Si se le pudiera dar alguna definición a la posición correcta en el esquí sería la siguiente: mantener los esquís planos y separados a la anchura de las caderas, repartiendo nuestro peso entre uno y otro a mitades iguales. El cuerpo debe ir erguido, con una ligera flexión en tobillos, rodillas y caderas, y los brazos separados del cuerpo y ligeramente adelantados. La mirada se mantiene al frente.
Pero todos los que hemos esquiado sabemos que ese concepto se queda bastante corto, ya que en este deporte la posición siempre es dinámica, amoldable y cambiante, adaptándose al entorno y a la situación, de tal forma que no hay una posición, sino muchas que deben permitirnos esquiar de una forma eficiente. La posición correcta en el esquí nunca es algo rígido y estático, pero si es un punto de partida que debemos tener en cuenta, y nuestro objetivo real será esquiar lo mejor posicionados posible, y para conseguir esto aquí tienes las claves:
Claves para una posición correcta en el esquí
CENTRALIDAD: siempre debemos buscar el esquiar centrados evitando en la medida de lo posible las posiciones excesivamente retrasadas o adelantadas. Nuestro centro de gravedad irá un poco adelantado al principio de un giro y un poco retrasado al final, pero no debemos pasarnos.
EQUILIBRIO: debes transferir el peso de un esquí a otro para cambiar la presión que ejerces dependiendo del giro y el momento de este, tratando de que el esquí externo sea el que nos dirija en la curva.
ALINEACIÓN: tienes unos ejes imaginarios (uno en el hemicuerpo derecho y otro en el izquierdo) que van desde los hombros hasta los pies, pasando por tronco, rodillas y caderas, y mientras esquías debes mantenerlos paralelos entre sí para evitar excesos de rotación de las articulaciones que puedan afectar negativamente a la presión que pones en los esquís y que además pueden resultar lesivos.
POSICIÓN DE TENSIÓN: cuando esquíes mantén el cuerpo con una ligera tensión, especialmente en el abdomen para controlar bien el equilibrio, y lleva las caderas, rodillas y tobillos flexionados y fuertes para estar preparado para cualquier situación. De esta manera te cansarás más al principio, pero evitarás lesiones y mejorarás la técnica.
Tómate el tiempo que necesites para pensar en estos conceptos y tratar de llevarlos a las pistas, porque una posición correcta te dejará mejorar más deprisa y evitarás muchos peligros.